Hoy nada.

Hoy que no quiero que nada me toque,
que nadie me vea, que no suenen mis pasos.
Hoy que la brisa me congela todo y
el suelo me rasga los pies.
Hoy que me pesan los ojos, las uñas,
las pestañas y los sueños,
Hoy, sólo la quiero a ella,
quiero acurrucarme en su pecho sereno,
ser tocada por sus manos suaves que lo curan todo.
Quiero que su boca me bese y sus brazos me acunen.
Quiero que su voz me devuelva la vida
que se me está yendo,
que me guarde,
que me salve,
que me aterrice,
que me de paz.

IA.

La inteligencia artificial debería también dominar mis emociones.

No quiero pensar más por mi cuenta, quiero que una serie de algoritmos decida lo que es mejor para mí, no quiero que mi corazón se rompa más por culpa de mi propia inteligencia, quiero estar en modo automático como en la película Click, y sólo estar presente para los momentos buenos. Quiero que también así se moldee la forma de mi cuerpo y de mi cara, quiero no depender del dermatólogo y el millón de dólares que tengo que gastar ahora en productos con los que no veo una diferencia, quiero no tener hambre pero sí sueño, quiero que mi tiempo consciente consista en cuando como y cuando duermo y cuando doy un beso, quiero no recordar lo que pasó desde mis 15 a mis 18, quiero poder cambiar mis recuerdos, así sólo recordaré estar en una pradera de flores amarillas viendo el cielo en cámara rápida mientras el mundo a mi al rededor sufre y yo no.

I have two moods and one of them is cutting my head off.

Siento que tengo atorado en el fondo del pecho una esfera gigante de osmio que es el elemento más pesado del mundo. Más pesado incluso que las ganas que tengo de abrir por capas mis antebrazos en menos de 15 segundos, o de lanzarme de un piso lo suficientemente alto para no quedar en vergüenza si es que no logro el objetivo. 

Creo que jamás seré feliz y eso me hace sentir como daltónica ante la felicidad que ven todos y yo no, a veces pienso que tengo un filtro frente a mí, que impide que vea las cosas buenas y sólo traspasa hasta mis retinas la ira, el cansancio y el dolor. Todo lo que sé es que cualquiera de mis recuerdos tiene por debajo una capa de tristeza, como si fuera un pastel, primero lágrimas, luego abandono, luego sangre y luego el recuerdo como cereza encima. No puedo culpar a nadie porque en mi infancia tuve más que muchos y además no recuerdo casi nada, así que probablemente toda mi miseria fue construida y ensamblada segundo por segundo en mi cabeza, Made in Ana. He tomado fluoxetina, sertralina, venlafaxina, lorazepam, alprazolam, quetiapina, escitalopram y ninguna me ha hecho sentir que todo esto valga la pena. Siento que he luchado desde siempre, contra mi cabeza y contra mí, siento que todo esto es una película llena de escenas para las cuales no estudié mi guion y siento que todo o casi todo lo que pienso viene de otra Ana que no conozco pero que a la vez soy yo, y me siento como en una de las escenas de pelea de Neo con Smith, pero en mi caso siempre llevo la de perder.

1969

 

Me gusta estar en sitios en los que nunca he estado, en momentos en los que ni siquiera existo. Imagina estar en Woodstock en medio de ese mar de gente feliz que se alimenta de la música y la paz.
Llegar en la Van que compramos con nuestros ahorros.
Ponernos ropa muy suelta y colorida para que se refleje en ella nuestros sentimientos.
Armar una carpa en medio de otras cien mil carpas, pero la nuestra es diferente porque tiene constelaciones pintadas por fuera.
Bañarnos en el río limpio con muchas personas y dejar ir con la corriente la vergüenza de nuestro cuerpo, volvernos libres y alegres y naturales.
Probar el LSD de un dólar y reírnos por seis horas seguidas hasta que nos duela la cara.
Escuchar a Janis Joplin y bailar al mismo tiempo entre las carpas.
Sentarnos en el césped sin zapatos, con el cabello suelto y adornado de flores.
Ponernos gafas redondas mientras los periodistas nos toman fotos que serán posteriormente la prueba irrefutable de la felicidad infinita.
Hacer 623 amigos con los que cantamos a coro » Darlin’ be home soon».
Agarrar la comida con las manos y saborearla con todo el gusto porque sabemos que fue hecha con amor.
Escuchar cinco canciones de Hendrix bajo la lluvia mientras te abrazo porque tienes frío pero no quieres moverte.
Comprar collares y manillas largas que atesoraremos hasta que nos llegue la muerte.
Vivir en paz, agarrándote la mano en medio de la noche.
Ser feliz.

Igual nunca vas a poder saber si tengo consciencia o no.

El plan del universo desde el principio era confabular para que a nadie le importara nuestro destino.
Juntar moléculas y convertirlas en rocas o en cuadernos, o en autos o en montañas que luego se rompen; juntar personas y convertirlas en familias, que luego también se rompen.
Darle al planeta naturaleza y a los humanos libertad para acabar con ella y con ellos mismos.
Acumular carbono y oxígeno en un globo de 510,1 millones de Km² que de lejos se ve azul, y de cerca se siente solo.
Lanzar cometas vigilantes hacia todas las galaxias a velocidades altísimas para stalkear todo lo que hay.
Tener tantos años como Dios o tal vez más.
Ser infinito para confundir a todos los que tienen conciencia de ello.

El plan de mi mente desde el principio era crear ocho universos por segundo allá bien adentro para hacerme dudar de lo que es real y lo que no.
Dudar de la luna, de los jabalíes que corren, de las paredes de tres metros que separan un patio de otro, de los vinos que nos tomamos en el parque a las doce de la noche, de mis manos, de tus manos sobre las mías y de la existencia.

El universo que se está creando ahora mismo es blanco, no hay nada, de repente algo aparece, se abre una puerta y en el fondo de un espacio casi interminable que está detrás de ella, te encuentras tú.
¿Por qué estás ahí sin nada y sin nadie?
¿Por qué mi mente te asocia con la soledad absoluta? Avanzas hacia la puerta pero con cada paso el camino se alarga. Nunca vas a llegar, lo sé desde ahora, pero yo tampoco quiero ir. ¿Qué tal se cierre la puerta y me quede ahí atrapada contigo en el espacio, para siempre?
¿Qué tal que no se cierre pero tampoco yo pueda volver a pasar por ella una vez estando dentro? ¿Te estás acercando a ella para cerrarla y no verme? ¿Puedes verme al otro lado de la puerta? ¿Puedes ver lo que está detrás de mí, detrás de la puerta? ¿Qué ves tú de el otro lado de la puerta?

El plan perfecto es saber si también me ves ahí, si también un universo es creado cada octavo de segundo en tu mente, si ese universo que creas es un doble del mío o es el mismo, si también me imaginas detrás de una puerta y quieres entrar para quedarte conmigo eternamente aunque también tienes miedo.

El plan perfecto es querernos en este universo, y en los otros siete.

El plan perfecto es el nuestro.

Ha llegado.

Me aturde el sonido de una llave moviéndose en la cerradura roja, es él, él con sus ojos fijos , y sus pasos en el suelo y su respiración de humo y el calor que lo asfixia.

Se ha quedado solo después de perderlo todo, así que ha vuelto, se ha lanzado a la cama y me ha dicho que le duele el brazo y el alma.

Le he besado la boca sin ritmo, y las manos, luego se ha quitado la ropa.

WhatsApp Image 2017-07-20 at 7.02.56 PM.jpeg

Entonces se juntan las pieles, los miedos, las ganas, y se lleva a cabo un ritual sencillo hasta que ya no sabemos en dónde termina mi cuerpo y empieza el suyo.

Se levanta, fuma en la ventana y la noche por fin acaba.

Anacrónica

Me han dicho que ella nació en la era equivocada, porque cree en una libertad que está todavía lejos de lo real, y aún así la vive.
Ella, que nunca tuvo que cuidar a nadie, aprendió a cuidarme a mí, sólo por amarme; se quitó los prejuicios y la ropa frente a mí un sábado en la noche y su presencia borró por 20 minutos todos los complejos de mi vida.
Ella tiene manos preciosas, y lo que es mejor, las frota con las mías cuando tiene frío -que es casi siempre- como con impaciencia… y hace conmigo lo que tiene que hacer, sin saberlo, sólo lo hace, me hace, feliz.

dj

Ella es despeinadamente hermosa y me enseña de historia mientras el viento acomoda los mechones de su pelo; también me habla de arte y de literatura que no conozco, o que a lo mejor sí conozco pero nunca me ha parecido interesante hasta que su boca la pronuncia.
Ella me ha dicho que Miguel Ángel veía la escultura dentro de la piedra y lo que hacía era desenterrarla; yo creo que ella ha visto en mí una persona mejor y se ha dedicado a lo mismo .
Ella quiere mochilearse el mundo y se ha vuelto vegetariana porque quiere abrazar animales sin sentirse culpable de destruirles la casa.
Ella tiene alas y vuela alto, pero de tanto en tanto se tira al suelo sólo para amortiguar mis caídas
¡Que no! que ella no es anacrónica es romántica, y me hace feliz a pesar de todo

 

D.

Él se despierta con muchas ganas de hablar, pero decir su nombre a las 6 de la mañana es más difícil que nunca.
Ella lo ve desde el marco de la puerta, ve cómo abre los ojos lentamente y la busca con sus manos sobre la sábana… se pregunta si le seguirá latiendo fuerte el corazón como anoche.
Él se levanta, se da cuenta de su presencia al lado de la cama pero no le dice nada, le besa la frente y sale al balcón.
Ella le pide que hablen y él le dice que no; él prefiere mirar el pájaro que tiene delante para dejarle tres trocitos de pan,
y eso que parece poco, es mucho, porque el pájaro es pequeño y porque el tiempo pasa demasiado rápido.
Ella lo ve agachado y le dice que no puede seguir amándolo – porque lo ama – y que lo que ella quiere es ver una película juntos en su cama comiendo pollo con las manos.
Él se ha quedado pensando en lo del pollo, no tiene muy claro si es una buena idea o no.

pp

A él le gustaba porque juntos parecían un caballero y una reina. Y anoche mientras hablaban hacían viajes a reinos medievales y a él le iban a cortar la cabeza.
Y le gustaba porque cuando besaba a otras mujeres siempre la miraba a ella.
Y porque le contó historias fantásticas y le regaló una moneda con un secreto.
Y porque cuando hacían el amor sudaba y era como si lloviera en la cama.

You have a new message from..

Hoy, Antonia, lo más sincero y espontáneo de mi vida es el sonido de tu respiración por el teléfono. Mira, alma, no tendrán valor alguno las notas de voz, lo sé, más que para ti y para mí, no las conocerá nadie, pero en ellas está lo más directo de mi ser desde hace un mes y 4 días. Si ya es todo demasiado confuso, te dejo claro que a esta quien te escribe, no la entiende nadie más, no la conoce nadie más,  ni la quiere nadie más.

Me pasa a mí con tus mensajes Antonia, lo que al pintor con las modelos; tú me inspiras demasiadas cosas que no puedo poner en un mensaje de reply y si no hubiese cien mil razones por las que deseara verte ahora, por lo menos esta sería una: tener tiempo para poder hablar de todo lo que no podemos ahora, a kilómetros.
Cada cosa que me cuentas es una tentación para escribir, por ejemplo, has ido a hacer hiking y te has encontrado una hoja azul, eso ya me pone en conmoción, me llena una historia… pero luego sigo, porque hay más cosas; tienes una bicicleta nueva, y anda mucho y muy rápido; yo no tengo miedo de que te mates, no es posible. Yo sí que en cambio tengo miedo a veces de morirme ( pero esto de mi obsesión de muerte es otra historia, que ya la sabes por supuesto, pero estamos hablando acá de ti)

15327261_558236497718982_5159596587977580621_n (1)

¡Tus consejos, vida! Gracias, pero no pienso lo mismo que tú, lo que pasa es que  como estoy tan tonta, tan tontísima por ti, como me tienes tan fuera de juicio, en sólo un segundo todas mis terribles opiniones se disipan y comienzo a llamarte por dentro cosas tiernas y dulces, y a admirar  lo que me dices sobre cualquier cosa, y a creerte como una boba; entonces yo, que no sé defenderme de todos estos bombardeos de información, me frustro; en parte por una sensación, acaso falsa, de re-negación existencial.

Pero ya puedes ir suponiendo todo lo que agradezco tu defensa de mí. Aunque por ahora no puedo hacer nada menos. ¿No crees que hago bien dejando las cosas pasar? Me parece poco digno no tener tiempo para hacer lo mío, lo de dentro y ponerme a cumplir apresuradamente lo que otros esperan, lo que a otros les gusta o les calma. Ya ves, amor, cómo ya me defiendo un poco.

Te escribo esto desde la cafetería con un croissant delante, Antonia, ¿puedes imaginarlo? He dejado la clase de la Universidad un rato y tengo que volver.
Ya te hablaré más tarde de un libro de historia argentina que estoy leyendo, sé que te va a gustar. Te adoro.

Neither of us knows how difficult it will be.

tumblr_ojkg2qa91p1uuogu0o1_500

 

Hay que dejar de sobre analizar las cosas, eso es bastante lógico, el problema es que es difícil y no queremos hacerlo; ya sabes, probablemente te irás en un mes y se me va a abrir un hueco en el alma del tamaño de una galaxia entera y no voy a saber con que rellenarlo porque ya no estarás; por otro lado tú… tú estarás encantadísima con los puentes de Vancouver, tal vez con la misma tristeza pero sin tiempo para sentirla.
Y no lo sabemos cariño, pero acá estamos, siento tus piernas tibias en contacto con mis pies fríos, y no te quejas y yo te quiero.